Siento decir esto ya que soy un incondicional de
Ubuntu, hasta hoy. La actualización de
Ubuntu 11.04 a la versión
11.10 ... ha sido un desastre.
Como usuario de
Debian he seguido la evolución de
Ubuntu desde su comienzo y ha sido una progresión constante en su sencillez de instalación, usabilidad y estabilidad; ... hasta esta última versión
11.10.
La máquina donde he realizado la actualización no es de última generación: Pentium 2800GHz, 512 MB de RAM, Nvidia. Pero siempre me ha funcionado de maravilla con
Debian y
Ubuntu ... hasta
Ubuntu 11.10.
Para empezar el nuevo
unity no me convence nada, le he dedicado horas ..., pero no dejo de pensar que se trata de un modelo de escritorio más para smartphones o notebook que para ordenadores de sobremesa. No entiendo el sacrificar accesibilidad y manejo intuitivo para ganar espacio de pantalla especialmente con los grandes monitores y la alta resolución de los equipos actuales de sobremesa. Ademas de cosas menores y configurables como cambiar los botones de lado, ... hacen poco amigable el entorno de escritorio.
Ademas de todo esto: El sistema se ha ralentiza mucho. Han dejado de funcionar cosas básicas como acceso remoto a carpetas compartidas. La instalación de
Ubuntu-Classic no recupera todas la aplicaciones ni permite el manejo de las barras de herramientas ni instalar applets, puede que sea por la versión
Gnome3 ? y se queda colgado al salir de las sesiones.
Ante estos problemas y después de intentar restablecer el sistema con la versión
11.10 sin conseguirlo, solo que quedan dos opciones:
- Reinstalo la versión 11.04
- Busco otras Distribuciones Linux alternativas a Ubuntu.
Creo que los de
Ubuntu tienen que ponerse las pilas y centrarse en la efectividad y dejarse de experimentos radicales que pueden ser muy interesantes para los forofos de
Linux que no nos importa pegarnos horas delante del sistema para hacerlo funcionar pero que es una barrera insalvable para la gran mayoría de usuarios y empresas; hasta a mi se me está terminando la paciencia con
Ubuntu 10.11.